Escrito el 26 de julio de 2012 mientras escuchaba las intervenciones en el Congreso de los diferentes grupos parlamentarios.
Del (s)PAIN al SINPA nos queda un rato
Quién iba a pensar esta mañana que el resultado de la comparecencia de Rato en el Congreso iba a terminar con una salida cuasitriunfal para el ex ministro. Todo apuntaba a que en el Congreso se lo iban a devorar; las siete cajas que compone Bankia nacionalizadas, su empresa matriz, BFA, al borde de la quiebra y con una voz ciudadana que pedía su cabeza como resarcimiento de su aparente mala gestión. Incluso entre las filas del PP estaban molestos con Rato por decir que su salida de Bankia se debe a diferencias con el actual Ejecutivo acerca de la viabilidad y futuro de la entidad, por lo que hasta su propio partido parecía remar en su contra. Pero nada de esto ha ocurrido, es más, el ex presidente del FMI se ha merendado a todos los congresistas de la Comisión de Economía, llegándose a ganar incluso algún que otro piropo (sorprendentemente la congresista de Coalición Canaria que le ha llegado a calificar de “persona chachi”).
La mediocridad de los parlamentarios/ políticos españoles se ha puesto en evidencia esta mañana con la facilidad con que Rodrigo Rato ha respondido a sus preguntas muchas veces absurdas, formuladas con la única intención de generar titulares. Rato ha elaborado su argumentación acerca de su gestión al frente de Caja Madrid (y posteriormente de Bankia) desgranando esos dos años y pico de gobierno de manera cronológica: Ha ido fecha por fecha, decisión por decisión, argumentando por qué tomó cada medida, por quién estaba respaldada (saliendo el banco de España muy malparado, por cierto) y qué posibilidad de maniobra tenía él (normalmente casi nada). Ha asegurado que lo único que ha llevado a esta situación ha sido el cambio de valoración de los activos que posee la entidad debido al cambio de las perspectivas de futuro del país, no un agujero en los resultados. La cantidad de controles efectuados por el Banco de España, Deloitte y otras compañías de conocido prestigio hacía imposible, según él, dar un paso en falso o gestionar incorrectamente semejante gigante bancario; es más, si alguna vez tomó alguna decisión temeraria, como la salida a bolsa de Bankia en un escenario hostil –o “la tormenta perfecta”, como él lo llamó-, lo hizo bajo presión de los reguladores y no por iniciativa propia. Vamos, que la culpa la tiene la crisis y que no podía haber gestionado mejor lo que se encontró, dado que “siempre ha dado pasos consistentes, auditados y de la mano del Banco de España”. Como si pensar que MAFO está detrás de todo esto me consolara algo.
Lo malo de esta gente que habla tan bien y tan segura de lo que dice, es que, por muy disparatado que parezca, les acabas creyendo. Además la gente que le rodeaba a don Rodrigo estaba tan por debajo desde el punto de vista de entendimiento económico, que Rato destacaba cada vez que abría la boca. Aunque seamos claros, que Rato lo hiciera lo mejor que pudo no le exime de la responsabilidad de la nacionalización de Bankia. Él es el culpable y sino que no hubiera aceptado el trabajo. Si el mundo viviera de buenas intenciones gobernaría el país alguna Miss Almería, por ejemplo, y lo jodido es que nadie pasaría hambre…
En su primera intervención, aunque larga, no se ha mojado mucho –más bien nada. No ha dicho una palabra acerca de la que un día fue una fusión casi segura con Caixabank, de cuál va a ser el futuro de la entidad según su opinión, ni de quién tiene la culpa de esta vorágine de acontecimientos que han llegado a devaluar la acción de Bankia más de un 80% de su valor. Ha explicado, eso sí, todos los pasos que Bankia ha dado para sanear sus balances, esfuerzos que por otra parte no parecen haber sido suficientes.
Acto seguido ha venido el turno de preguntas de los diferentes grupos parlamentarios, cada cual más demagogo y charlatán. Primero ha intervenido Valeriano Gómez (que no sé cómo no se le cae la cara de vergüenza después de la herencia que ha dejado como Ministro de Trabajo), bastante educado y comedido, aunque hablando a golpes lo que parece ser requisito en la bancada psocialista. Después ha llegado el de CIU, que he de decir que aunque muy catalán (que cada uno interprete este adjetivo como quiera), ha estado bastante correcto en su turno de palabra, eso sí, barriendo para casa y preguntando acerca de la fusión con Caixabank y la repercusión para los catalanes (como no han pasado cosas en Bankia en estos últimos dos años, lo mejor es perder el tiempo con cosas que no han llegado a ocurrir y la repercusión que hubieran tenido). Después de él, se abre el telón y aparece la señora Lozano que se engresca con la Presidenta de la Comisión (para ser miembro de UPyD tienes que generar al menos un titular en los periódicos a la semana, al parecer está en los estatutos), con una argumentación demagógica casi aludiendo a la democracia griega: “me parece más que injusto que los representates del pueblo español, sus señorías aquí presentes, tengamos 10 minutos para formular nuestra pregunta, mientras que alguien imputado por la justicia tenga tiempo ilimitado para hacer su intervención…”. Ni falta hace decir que tras semejante comienzo melodramático a lo largo de su intervención no le ha faltado teatralidad, concluyendo con un solemne “le ruego pida perdón a la sociedad española por la ruina que ha causado a este país, asuma su responsabilidad”. En cuanto a las preguntas de carácter económico, ha dado bastante pena la verdad, haciendo ver que no entiende nada ni de contabilidad ni de economía. A la señora Lozano le ha seguido el del PNV, que ha hablado bastante bien y, salvo esa urticaria que les sale al decir España (tienen que decir Estado Español, con cara de oprimidos, es otro de esos requisitos de permanencia en el partido), su intervención ha sido bastante buena, con preguntas acertadas de alguna laguna que ha omitido Rato, como los problemas que presentaban Bancaja y Cajamadrid cuando él llegó. Siguiendo con los vascos, entra en juego el siguiente en preguntar, Rafael Larreina. Una contradicción en sí mismo, su simple estancia en esta comisión de economía ya choca: de Amaiur, un partido de izquierdas, independentista y con facciones internas comunistas, vestido de traje de banquero y siendo, encima, numerario del Opus Dei. ¿Se puede ser de Bildu y del Opus Dei? ¿Alguien me lo explica? A mí no me salen los números, incluso si me los explica Rato… He de decir en su defensa que él se esperaba la sorpresa generalizada, ya que ha empezado su intervención con un “se preguntará por qué, como portavoz de Amaiur, me interesa lo ocurrido en Bankia…”. Sólo le ha faltado un ‘se preguntarán por qué les he reunido aquí hoy’ y hubiera jurado que estaba en una película de John Guillermin y Hercules Poirot. Siguiendo la línea populista de su grupo Larreina ha preguntado si los consejeros piensan devolver su sueldo por no haber cumplido su cometido o si Rato sabía si los datos de la salida a bolsa de Bankia no eran reales… Una Juana de Arco defensora del pueblo, una obra divina en toda regla. La ante última en formular sus preguntas ha sido la señora Orama, de Coalición Canaria, que ha empezado tarde siguiendo el tempo de sus queridas islas, debido a que el señor Larreina no se ha ajustado a su tiempo. Contrario a lo que cabía esperar, le ha increpado al señor Rato por no haberse quedado al frente de la entidad y que considera a toda la gente que está interviniendo en esta Comisión, como se dice en canarias, ‘gente chachi’. No sé qué me ha sorprendido más, su petición de continuidad a Rato al frente de Bankia o que chachi sea de origen canario… Pensándolo bien, esto último no me sorprende tanto. Finalmente el PP es el encargado de cerrar la ronda de preguntas, unas mil según mis cálculos, con la comparecencia de lo que a mi juicio parece una azafata de Iberia frustrada. Por el tono de voz parece que nos va a decir dónde están las salidas de emergencia del Congreso y cómo nos debemos poner el cinturón de seguridad para poder escuchar tanta verborrea sinsentido. También habla de algo de si las cuentas de BFA reflejan una imagen fiel y bla bla bla. A nadie le interesan las preguntas que pueda hacer el PP, siendo del mismo partido de Rato y encima del gobierno.
Además de las características tan importantes que he descrito, todos han preguntado acerca del cambio en las cuentas del 2011 de Bankia, cómo han pasado de ganar más de 300 millones a perder más de 3000 después de la revisión de Deloitte. Este, para mí, era el punto flaco de Rato: se puede argumentar que la salida a bolsa estuvo presionada por la legislación para obtener capital, que las provisiones obligas por los reguladores en detrimento de los resultados de ese año o que el aval de informes independientes le instaron a confiar en las cuentas… Pero ese cambio de 3300 millones el pueblo no lo entiende. De ahí que pidan su cabeza. De ahí que esté imputado.
Pero Rato se defendió con tranquilidad, con los mismos argumentos que antes: el resultado operativo de la entidad no cambia, sino la reclasificación de créditos al corriente (subestandard) debido a estimaciones basadas en información posterior. Además, los dos reales decretos del gobierno, el de febrero y el de mayo, exigiendo aún más provisiones contra resultados para garantizar los depósitos, han hecho que las cuentas se reformulen; hecho totalmente legal dado que el consejo puede reformular las viejas cuentas hasta la junta general de accionistas… Vamos que, según Rato, incluso el cambio de +300 a -3000 millones en tan sólo tres días fue totalmente de acuerdo con la ley y producto de la crisis, los mercados y las exigencias del gobierno, nunca debido a una gestión inadecuada de la entidad. Olé tus huevos. Lo peor de todo es que yo le creo en parte…
Termino lazando la bomba que soltó Rato en menoscabo del Gobierno y del Ministro De Guindos: justo antes de dimitir Rato propuso un plan 4 veces más barato que la nacionalización de Bankia para salvar la entidad. El gobierno no lo vio viable y debido a las diferencias con ellos, Rato decidió dimitir. Cuatro veces más barato son más de cinco mil millones… Así que la prima se dispara. Me da que, como bien publica The Economist hoy, a Spain se le cae la S y nos quedamos en Pain por pagar tan cara la deuda. Aunque puestos a hacer juegos de palabras igual pasamos de SPAIN a SINPA, y ahí sí que el pain no es sólo nuestro.
En fin, el teatro de las comparecencias llega a su fin y seguimos igual que antes. Igual no, con un poco de síndrome de Estocolmo dado que ahora Rato inevitablemente me cae mejor (he dicho mejor, no bien). Después de que todo el mundo explicara su gestión frente a la crisis me siento como Einstein cuando dijo que “cada día sabemos más y entendemos menos”. Por algo era un genio. Y encima alemán.