
Antes de escribir mi entrada sobre las diferencias entre los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal con el español, me ha parecido más prudente explicar primero el caso de España para que se entiendan mejor las diferencias entre todos.
Como todos sabemos España ha pedido un préstamo a la Eurozona para sanear su sistema bancario. Esta es la tesis que defiende el gobierno, que no quiere ni oir hablar de la palabra rescate. Lo cierto es que tienen algo de razón, dado que Europa nos presta dinero para sanear los balances de los bancos, no a título de país para reflotar nuestra economía (eso a este paso en unos meses igual sí…).
La Unión Europea ‘rescata’ a países a través del FEEF (un mecanismo que han bautizado con Facilidad Europea de Estabilidad Financiera) que tiene cinco formas diferentes de prestar ayuda a los países:
- Préstamo directo a la economía
- Línea de crédito preventivo
- Compra de deuda en las subastas del Tesoro de cada país
- Compra de deuda en el mercado secundario (no en la subastas del propio Tesoro sino a acreedores de deuda actuales de cada país)
- Préstamo para recapitalizar la banca. Este quinto y último método es el que ha utilizado (o va a utilizar) España.
Pero ¿de dónde sale ese dinero? Lo ‘bueno’ es que no es un dinero que salga de los bolsillos de ningún contribuyente (no creo que a los alemanes les hiciera gracia volver a pagar las incompetencias de los países periféricos de nuevo) sino que el propio fondo emite deuda para obtener la cantidad que luego va a prestar. Actualmente el fondo tiene una capacidad de préstamos de unos 240.000 millones de euros. De los cuales podrá prestar hasta unos 100.000 millones a España, aunque es poco probable que se llegue a este punto dado que los informes independientes que han realizado para el gobierno fijan en unos 64.000 millones el peor de los escenarios (y ‘sólo’ 16.000 en el mejor, no lo olvidemos).
Obtener semejante cantidad a base de emisión de deuda española tendría un coste altísimo para el país, dado que nos está saliendo muy caro endeudarnos. En cambio, el coste que paga el fondo por endeudarse es mínimo, por lo que nos compensa pedir dinero a la eurozona a un tipo de interés frente a pedirlo a los mercados.
El siguiente paso es que el Ministro de Economía Luis de Guindos pida, en nombre del Ejecutivo, en una carta formal al presidente del Eurogrupo el dinero exacto que necesita la banca, así como las entidades que van a recibirlo. Hoy mismo el ministro ha confirmado que la carta se enviará el próximo lunes 25 de junio. Pero como sabiamente apostillaba el ministro hoy a los periodistas, lo importante en esto no es cuándo y quién envía la carta sino qué deciden una vez la reciben: la Comisión Europea y el Banco Central Europeo acuerdan con el gobierno de España lo que se llama un Memorándum de Entendimiento, donde se fijan las condiciones del acuerdo.
El préstamo no es inmediato porque antes la Comisión Europea y el BCE tienen que firmar con el Gobierno un documento -llamado Memorándum de Entendimiento- donde se fijan las condiciones del acuerdo. Aquí está el tira y afloja. El Banco Central Europeo aprovechará para hacer de poli malo y pedir medidas estructurales duras (siguiendo los pasos del FMI que ya pidió subir más el IVA y retrasar más la edad de jubilación) y la Comisión previsiblemente adoptará el papel de poli bueno, suavizando estas exigencias. El Gobierno en cambio intentará que sólo se aprueben recomendaciones y no clausulas de condicionalidad, es decir, que ambos organismos den consejos sobre qué hacer pero que sea el Gobierno el que lo decida realmente. Dado que el rescate es a la banca y no al país entero, no tiene sentido que para sanear a los bancos se exija al ciudadano pagar más IVA, por lo que en mi opinión no se impondrá ninguna clausula de condicionalidad macroeconómica. Veremos a ver.
En cambio sí que se impondrán condiciones a los bancos que reciban las ayudas, en eso están todas las partes de acuerdo (yo incluido). A los bancos que reciban la ayuda se les obligará a hacer una profunda transformación, incluido el relevo en sus órganos de dirección si así lo consideran en la eurozona.
Termino con una pregunta que estará en vuestras cabezas, ¿qué coste tendrá para mí? Pues bien, aunque teóricamente el Gobierno reclamará a los bancos que reciban ayuda que costeen el préstamo cuando estén saneados, es posible que parte de esa ayuda sea a fondo perdido y por tanto los intereses se deberán devolver con financiación pública. Una financiación pública de unas arcas que no están especialmente boyantes que se diga.